Dulce soledad, la elegida por mí. En silencio observo el horizonte, me evado y dejo que mis sentidos se agudicen pudiendo percibir olores y sonidos que antes me era imposible advertir. No hay nada que me perturbe ni me distraiga de ese momento, el momento en el que por fin logro tener una conversación conmigo. Sin juzgarme, solo yo. Ahora soy luz, soy oscuridad, soy todo, soy nada. Soy todo lo que tengo que ser. Yo.
Inma Polo
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